Una nueva apuesta
Hola, pedalistas.
Es bueno que se habitúen a este saludo, porque será el primero de muchos de aquí en adelante. Vamos a pedalear miles de kilómetros juntos.
Este es mi nuevo boletín; vuestra casa. Un proyecto que he venido rumiando desde hace varios meses. El plan es simple: pronto empezaré a viajar por Colombia en bicicleta, mi vehículo favorito. Y de esos recorridos saldrán historias relevantes —textos, fotos, videos— que ustedes recibirán en sus bandejas de correo. Adiós al intermediario.
Ahora, pónganse cómodos, seré su dealer de confianza. Me gusta la imagen: un proveedor de historias.
Hoy se conoció una mala noticia para el periodismo, y para quienes escribimos y leemos en castellano: The New York Times, el diario más prestigioso e influyente, decidió liquidar su producción original en nuestro idioma. Se trata de una segunda muerte. La definitiva. Porque hace dos años, en septiembre de 2019, la empresa ya había cerrado su redacción en México; y con ello se acabaron las crónicas, los reportajes, las entrevistas y los perfiles que muchos escribíamos desde diversos puntos de Hispanoamérica.
De aquel filicidio solo sobrevivió la sección de opinión, más económica para Nueva York (sus autores no viajan ni duermen en hoteles para investigar antes de escribir, como sí deben hacer los reporteros), pero igual muy leída. Allí varios ejercimos la resistencia durante estos 24 meses, editados por un equipo pequeño pero muy profesional. Fueron dos años de buenos golpes; como este, que ayudó a propiciar —eso creo— el fin de un aburrido reality presidencial.
Durante cinco años el diario me permitió contar historias variadas y potentes; relatos que resumen la realidad inabarcable de este país sorprendente: coca y muerte en las selvas de Nariño; negociaciones fallidas en La Habana; hombres travestidos en el carnaval de Barranquilla; ciclistas vencedores; víctimas de Pablo Escobar. Y mucho más.
Pero El Times decidió acabar también con el último refugio de su hijo latino. Se cierra, ahora sí del todo, una ventana poderosa. Seamos francos: hoy perdí un megáfono, pero sigo cantando fuerte y claro. Melodioso incluso, cuando me inspiro. Y hoy me siento particularmente inspirado. De modo que, inducido por sus reacciones y su apoyo durante todo el día en tuíter, he decidido acelerar mi nueva apuesta. Queda inaugurado este espacio; más modesto, pero también más cercano y más libre.
Si les gusta, corran la voz. Si no, quéjense con el anfitrión, que para eso está.
¡Nos fuimos!
Sinar Alvarado @sinaralvarado
Colombia en dos ruedas.
Bienvenido, esta es tu casa. Pero te advierto que no se trata de un hogar convencional. Aquí vivimos "en constante preparación de fuga", como Papillón. Sobre la bicicleta, el vehículo más colombiano, viajamos por el país para descubrir historias relevantes y compartirlas por esta vía. Solo por esta vía. Aquí encontrarás textos, fotografías, audios narrativos y videos cortos. Relatos variados, porque así es nuestro interés. Estamos enfermos de curiosidad, y allá afuera hay todavía mucho por descubrir.
Si te gusta lo que ves, comparte. Y agárrate, que vamos sin frenos.
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