Hola de nuevo, pedalistas.
En solo tres días hemos alcanzado los primeros 300 suscriptores. A ustedes: tante grazie. En el gremio boletinero dicen que es un buen número; y que la cifra mágica, para empezar a hablar en serio, son los primeros mil. Me pongo ambicioso y pienso que alcanzaremos muy pronto ese número. Si esta aventura les entusiasma tanto como a mí, corran la voz en sus redes.
Varios me han preguntado por qué hacer estos viajes en bicicleta. Primera respuesta: ¿por qué no? Segunda: la bici es mi vehículo favorito. Y lo más importante: es el que más nos expone, porque no tiene techo ni puertas. El ciclista viaja en contacto permanente con el entorno, siempre accesible y atento. Para un reportero que pretende absorber la realidad, no existe mejor forma de transportarse y conocerla. Alma Guillermoprieto, gran cronista mexicana, mi maestra, definió una vez el periodismo como “un asiento en primera fila frente al gran teatro del mundo”. Podía estar hablando de la bici.
Existe una larga tradición de aventureros que han pedaleado para descubrir este planeta. Heinz Stücke, “el hombre que quería verlo todo”, recorrió más de 200 países sobre la misma bicicleta en 51 años de recorrido. Hace poco Nil Cabutí, un ingeniero catalán, cruzó 43 países y más de 25 mil kilómetros durante diez meses en plena pandemia. Ambos pertenecen a una fauna nutrida y en expansión.
Pero el viaje no se trata solo de un desplazamiento físico. Darle la vuelta al globo es cada vez más fácil: hay aviones, trenes, barcos y carros veloces. Más allá del paisaje, son las personas y sus formas de vida quienes seducen nuestra curiosidad. El verdadero desafío y el propósito primordial, dijo el viajero André Brugiroux, es darle la vuelta a la humanidad.
Detrás de mi elección pedalista hay una última razón: no existe un vehículo más colombiano. Durante décadas, millones de personas han sorteado con la bicicleta nuestra geografía abrupta. Ella nos da autonomía para el movimiento y silencio para pensar mientras viajamos. Ella nos fija sobre la tierra sin pretensiones; nos recuerda de qué tamaño somos y de qué somos capaces. Lo dijo Rigoberto Urán, el filósofo de Urrao: “la carretera pone a cada quien en su lugar”.
Hasta la próxima.
Sinar Alvarado @sinaralvarado
Colombia en dos ruedas.
Bienvenido, esta es tu casa. Pero te advierto que no se trata de un hogar convencional. Aquí vivimos "en constante preparación de fuga", como Papillón. Sobre la bicicleta, el vehículo más colombiano, viajamos por el país para descubrir historias relevantes y compartirlas por esta vía. Solo por esta vía. Aquí encontrarás textos, fotografías, audios narrativos y videos cortos. Relatos variados, porque así es nuestro interés. Estamos enfermos de curiosidad, y allá afuera hay todavía mucho por descubrir.
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